También es Londres un lugar que parece vacío, pero no lo es, allí no hay niebla, es mentira todo eso de que las gafas se venden con limpiaparabrisas por si acaso, aquí de lo único que te puedes quejar es del sabor del café. Parece que el té es mejor porque no hay otra posibilidad, no tiene enemigo posible, recuerdo cuando bebí mi primer y último capuccino, qué manera de escupir "nunca mases", parecía aquello un concierto de elementos formes.
El caso es que se acerca el momento de decir adios a esta ciudad, decidí hace tiempo hacerlo con una foto pero el problema es que mi cara no está para muchos trotes. Como ya dije al principio aquí los enemigos son de lo mejorcito, si te tienen que pegar un puñetazo calculan ángulos y percuten relieves oseos, te graban la cara con cincel del bueno. La escultura griega toma forma una y otra vez en sus manos.
Así que no me quedo otra que comprar una cámara digital y pedir al alfarero que me pusiera guapo. "¡Si ya lo eres hombre..!" me contestó el tío, que forma más hipócrita de pedirme más dinero por su trabajo, como si yo no supiera que hay cosas difíciles que más vale no convertir en imposibles.
Me marcho de Londres, la dejo sola, que yo con mi cara, el poco frío que pasé allí y los buenos enemigos que hice ya tuve suficiente.
PD: el que quiera saber quién es este pavo que escriba "V de Vendetta" en el google...
1 Respuestas:
Cierto... de Londres lo único que se puede salvar son sus asesinos, ladrones y demás. ¿Quien puede preferir a Sherlock cuando existe Moriarty o incluso Irene Adler?
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