viernes, diciembre 22, 2006

Cimbrea.

Sobre tu mano,
la bola roja,
el viento.

Sobre tus ojos,
la bola negra,
el tiempo.

En tu regazo,
ya no respiras,
silencio.

Está en tu rostro,
aquel chiquillo,
que queda lejos.

Sobre los hombros,
te haces mayor,
eres pequeño.

Entre los párpados,
aquella lágrima,
cimbrea...

... cayendo.


jueves, noviembre 16, 2006

El principio

Las manos nervudas, los dedos como maderos viejos, con articulaciones secas que sin embargo se mueven. Los ojos grises, como el cabello largo sobre los hombros, tocado con un viejo sombrero de pico que se retuerce sobre la punta para acabar señalando el camino que ya queda detrás.

El nervio en el paso, con zancadas grandes se hunde la tierra húmeda por la lluvia reciente, como si se dejara llevar por un baile de reverencias que aceleran aún más la marcha. Mecido por el viento, éste le susurra al oído lo que queda por llegar para que su gesto permanezca cerrado, imposible descifrar dónde perdió el último brillo en sus ojos.

En el horizonte el verde tamiz se ve sorprendido por el azul del cielo cayendo en picado, como el pájaro de plumas negras que espía al viejo obedeciendo las órdenes de su oscuro señor.

La sonrisa perdida como por arte de magia, no hay descanso que valga, el corazón empuja con fuerza.

Silencio pues el mago gris camina, silencio pues sólo es el principio...

martes, octubre 03, 2006

Rapidamente.

Deprisa.

Arriba y abajo.

Acelera... no te detengas, no hay tiempo, sólo te quedan las ganas. No puedes parar por que la velocidad es el tiempo que tardes en no darte cuenta.

Apuesta segura sobre fondo verde, no hace falta que bebas nada ni que pienses en positivo para tener un por si acaso cerca.

Deprisa.

Arriba, cerca del cielo te quedas lejos y resoplas un tanto. Necesitas pesar menos, perder miedo es perder unos cuantos gramos en un mundo de pequeñas circustancias y entornos demasiado grandes.

Deprisa.

Todo es un ya fué... acelera porque no queda fuego en el cuerpo ni sangre que pueda provocarlo.

Huye, salta desde cerca al vacío y oscuro suelo.

Sonríe. Rapidamente.

Se acaba, tan sólo es veloz el pasado.

Ahora en tus diminutas alas se apaga con cada segundo tu futuro presente.

Rápida.

Mente.



martes, agosto 15, 2006

Retenido, que no detenido.

Que no se cierren los ojos
sobre golpes de manos abiertas,
que no se apague su voz
bajo aquella amenaza siniestra.

Que no escape la inocencia
del que está solo en compañía,
que siga siendo una niña
que pronto olvide aquel día.

Que no haya silencio en sus labios
ni frío en sus enormes párpados,
que pronto encuentre el camino
en el que siempre nos hemos perdido.

Que la risa sea su idioma
y el llanto un recurso impreciso,
que la duda permanezca tan sola
en el país de lo que nunca debió haber sido.

Que el tiempo se rompa en pedazos
para que pensar que nunca pasó,
que el reloj se quede en mis brazos
para que no sepa cuando ocurrió.

Que el piano sean mil notas
y su recuerdo aquel rayo de luz
que sobre un azul pozo de agua
dejó todo en el olvido.

Que no sea la letra "r"
la diferencia entre ser,
o estar,
detenido.


martes, junio 20, 2006

Cansancio...

Cansancio que pega duro,
que esconde sus armas y te coge del pecho.

Cansancio que aprieta el corazón,
que rompe tus pies en pedazos de piel insensible.

Cansancio en las manos abiertas,
en el aire que no encuentra su sitio en tu sitio,
cansancio en los ojos vacios,
en los pasos perdidos sobre suelo verde, perdido.

Cansancio que te obliga a pensar en lo que hacias,
hacer que no puedes llegar donde antes llegabas.

Cansancio que se esconde en tu sonrisa tranquila,
en tu vida diaria,
en el tranquilo sillón que queda junto a aquella mesilla.

Cansancio que elimina lo que tienes de físico,
que te transforma en un metal de carne quemada.

Cansancio que taladra los pies en el suelo,
seca tus pobre garganta...

Cansancio que sonrie cuando no puedes.

Cansancio que te recuerda que antes,
hace tiempo,
tú también podias.


domingo, mayo 28, 2006

Tiempo y vida.

Alegre, feliz noticia,
cielo que se ilumina y rompe,
llanto que grita y piensa,
nos dice que ya esta cerca.

Sonrisa en caras cercanas,
manos que se ven pequeñas,
pies que pisaran fuerte,
silencios que dibujan caricias.

Ojos que por vez primera ven,
nariz que huele todo a nuevo,
piel que siente distinto
oyendo que todo es tan bello.

Todo comienza,
tal y como nace el día.

Se abren, lentamente,
sus manos.

Se cierran, rapidamente,
sobre una nueva vida.


Enhorabuena.

jueves, mayo 11, 2006

Por el forro.

Por el forro me pido yo la vida en verso,
por el forro tu eres mi amor,
yo,
tu silencio.

Por el forro no hay tamaño grande,
no pies pequeños,
ni sustos lejos
ni menudos miedos.

Por el forro se ríe el que gana,
se apagan las luces en días de feria.

Por el forro no vuelan los pájaros
ni saltan las ranas.

Por el forro escribo con sangre
palabras de miedo.

Tormenta de tierra en tierra,
por el forro se pierden las cosas,
se lloran las penas.

Por el forro apago mis manos,
levante los ojos
y cierro mis venas.



martes, abril 04, 2006

Supersticiones

De repente, cómo si fuera una ráfaga de viento, aparece. Te da un golpecito en la espalda y, como siempre, te giras pensando en cómo ha conseguido hacerlo de nuevo.

- Buenos días.

Te quedas con cara de tonto, no parece que él le de más importancia que la que debe dársele a aparecer tal y como si fueras un fantasma. Lo peor de todo es que ni siquiera parece despeinarse durante todo el proceso de "llegada súbita". Permanece siempre con el rostro serio y los ojos esbozando una pequeña sonrisa, con el espacio entre sus cejas arrugado y la frente perfectamente subrayada por un montón de arrugas que le hacen parecer tan listo cómo pensamos que es. Sobre su pelo gris descansa un viejo sombrero, de los que vemos en las películas en blanco y negro, los mismos que el malo de turno agarra entre sus manos mientras intenta no confesar que él es el asesino.

- ¿Desde cuando llevan ahí dentro?

Tras saludar siempre pregunta "desde cuándo", me dan ganas de gritarle yo también una pregunta... del tipo: "¡¿Cómo leches lo haces?!

Pero prefiero sonreir y mirar en mis bolsillos, buscar la libreta en la que apunto qué está pasando y quién está haciendo que pase.

- Desde bien temprano... yo he llegado a las 8 de la mañana y ya estaba todo montado.

Sonríe y se quita el sombrero, su cabello ni se inmuta ante el gesto. Me gustaría comprobar que pasaría allí arriba con el apoyo logístico del viento de Tarifa, pagaría dinero por verle perder un poco la compostura.

- ¿Hay alguien de la policía con ellos?
- Ninguno, intentamos hablar con él pero no hemos podido.
- ¿Le habeis visto?
- Sí, lleva puesto un pasamontañas negro... se debe estar muriendo de calor el cabroncete.

Ni una mínima muestra de empatía, este tío me desespera, ¿cómo fué capaz de hacerse policía sino entiende las bromas de sus compañeros?. No tiene humor, ni un poquito.

- ¿Cuantos rehenes?
- Cinco. El director del banco, dos secretarias, el vigilante jurado y un cliente que no sé que hace tan temprano en el banco la verdad.
- Está bien.

Pues listo, ahora empieza lo divertido.

Llevo 20 años en el cuerpo de policía, se dice pronto, y tengo que reconocer que nadie trabaja como él. Es una manera distinta, extraña, que cuando da resultado resulta espectacular. La primera vez que le vi pedir una escalera de aluminio pensé que quería subir a una ventana o al techo del edificio para entrar o para ver mejor la situación.

Pero lo que hizo fué ponerla junto a la entrada de la casa en la que un joven delicuente se había parapetado. Nos hizo llevarle una pizza para comer y dejarla en el suelo, delante de la puerta. El chico salió, se puso debajo de la escalera y a los pocos minutos apareció corriendo ante nosotros porque le había picado una avispa en la punta de la nariz. Llorando, el chaval vino llorando...

Hoy parece que va a intentar algo distinto, junto a sus pies hay una pequeña jaula de color gris. De las que venden en las tiendas de animales. La abre y sale de ella un gato negro de ojos enormes, se detiene un momento a olisquear y, con un ágil salto, se le sube a los brazos. Él comienza a andar hacia el banco, mis compañeros se apartan, tanto los que le conocen como los que no saben ni quién es. En momentos de crisis el aparentar confianza y serenidad impone respeto, apuesto a que si en un incendio alguien camina mirando al frente más de uno se le queda observando y más de dos se van detrás de él. Aunque luego se lance de cabeza al fuego.

Tras detenerse junto a la enorme puerta de cristal deja al animal en el suelo y da media vuelta para quedarse ahí quieto. El gato con un nuevo salto desaparece tras la puerta que, curiosamente, estaba entreabierta.

Unos segundos después se oye un disparo, le sigue un grito.

O se han cargado al gato o se han cargado a un rehén.

Él vuelve a girar y entra en el banco. Segundos después aparece con el gato entre sus brazos y con toda la tranquilidad del mundo regresa a mi lado. Se agacha e introduce al felino en su jaula.

- Se ha pegado un tiro en la pierna - dice.

El sombrero vuelve a su cabeza y él desaparece tras doblar una esquina, con la jaula bamboleándose lentamente con sus pasos.

Uno de mis compañeros llega junto a mí y me cuenta lo ocurrido.

- ¡Jefe!... ¡se ha disparado al pie!... ¡él solo!

Minutos más tarde el sonido de la sirena de la ambulancia me despierta de mi ensimismamiento. Sobre la camilla llevan a un hombre calvo que no puede parar de gritar de dolor, el pie derecho ensangrentado parece una coliflor.

Yo no sé cómo supo que el ladrón era calvo.

Pero sí que sé que si ves un gato negro más vale que te toques el pelo, por si acaso.

lunes, marzo 06, 2006

Azul

Pensemos por un momento que la vida es como un fino papel que se dobla por la mitad para encontrarse por primera vez en sus extremos, o como una puerta... Creo que es mejor pensar en una puerta.

Una puerta situada en el centro de un gran salón vacío, de suelo blanco, paredes blancas. La puerta está cerrada, por supuesto, las puertas son así, se cierran una vez hechas y no se abren hasta que ha pasado alguien por ahí que quiera ver lo que queda al otro lado. A veces pienso, no sin avergonzarme, que las puertas son los secretos que quedan por descubrir, que sólo los puede ver el que gira el pomo adecuado y da un paso al frente...

La puerta continúa cerrada, ante ella aparece una joven. Por su aspecto, por culpa de mi imaginación, aparece vestida al modo de una joven hindú. Con una azulado pañuelo tapándole medio rostro... Ella se queda quieta, acaricia con una de sus manos el pomo y, antes de girarlo, se vuelve y nos sonríe.

Subitamente desaparece tras el marco de la puerta, sin dejar rastro...

Ante tan extraño acontecimiento nos rascamos la cabeza, pensando. La conclusión aparece ante nosotros tal y como aparece una piedra en el camino cuando estas evitando tropezar.

Lo lógico es abrir también la puerta, ver hacia dónde nos lleva, hacia dónde la llevó a ella al menos. La puerta se convierte, lentamente, en el secreto que ya comentamos antes, es un quizá que queda cerca de uno de nuestros "¿por qué?".

Tras un par de pasos alargamos la mano derecha y tocamos el pomo, sentimos un pequeño escalofrío recorriendo nuestro cuerpo. Parece que la madera tembló un instante para quedar despues de nuevo quieta.

La puerta se abre, un fuerte viento nos empuja desde atrás obligándonos a atravesarla. Cerramos los ojos.

Al abrirlos vemos un edificio de paredes azules, a un lado una anciana con un viejo pañuelo azul cubriéndole el rostro está sentada sobre el último peldaño de una pequeña escalera.

Junto a ella permanece de pie la joven del joven pañuelo azul.

De nuevo nos rascamos la cabeza, pensar... y descubrimos que nuestro cabello parece otro, débil, con dedos que crujen al articularse.

Allí, de pie, nos quedamos quietos.

A nuestro lado nos estamos mirando con tristeza.

Y vemos cómo nuestros jóvenes ojos no entienden hasta dónde nos llevo esa puerta.

martes, febrero 21, 2006

De otra manera...

Ha resultado ser mucho más fácil de lo que pensaba... Nadie vigila, no parece preocupar a nadie lo que pasa en este sitio. Todos envueltos por estas cosas blancas que no dejan pasar el viento pero que no impiden que ideas como las que me han traido a este sitio campen a sus anchas.

No hay límite, sólo he tenido que elegir, guiarme por el color de los ojos y el cabello. Nada más, sin preguntarme nadie quién soy, a qué he venido...

No sé si todo esto será un trato justo, a mi sólo me importa el dinero que caerá en mis manos al dejar junto a la puerta de su casa a este crío.

No me preocupan sus padres, su pasado, su futuro. Hace ya mucho tiempo que me olvide de toda forma de conciencia. Así todo es mucho más fácil, la necesidad desaparece si me empiezo a preguntar las consecuencias de mis actos.

Sólo debo tapar al niño con una manta, él aún no sabe hablar, sólo gime pues el hambre y frío no le dejan llorar.

Con él en mis brazos no le debo mirar a los ojos, siempre hacia un lado.

Escapar rápido, abandonar al niño y cobrar mi dinero.

Niños en casas de paredes que no lo son, manos, las mías, de piel que ya no lo parece.

miércoles, febrero 08, 2006

Miedo

No hace frío, para qué... tranquilo, nuestra casa es de la misma tela que nuestra manta. La pared no se puede quemar pero el más pequeño filamento la atraviesa para permitir que el viento de la noche nos quite las ganas de dormir, cerrar los ojos.

Somos el suelo de un mundo que alguien pisa con zapatos de suela dura y corazón frío, es el frío, mi hijo tiene frío y yo sólo tengo las paredes que me rodean para arroparle. Construir tu vida con un paño que alguien dejó en el suelo, que has tenido que lavar tantas veces que las manos quedaron rojas, con pequeñas grietas que dejan escapar un liquido verduzco en cuanto aprietas con más fuerza de la debida la cuerda que tensa la pared que ahora necesito para tapar a mi hijo.

Él no ha tenido tiempo para merecer tan poco, no hay oportunidades en el desierto. Nos engulle y empuja hacia una de sus dunas haciendo parecer todo demasiado pequeño, demasiado grande para salir corriendo y buscar entre las llamas del horizonte un futuro mejor, paredes duras y golpes de frío que no las deformen.

Dar un paseo, mirarle a los ojos y decir que todo pasa, que yo también tuve frío en casas de paredes como la nuestra.

Algún día él será yo y pensará que su hijo es demasiado pequeño como para serlo en un mundo como este. Creerá que en algún lugar las mantas son trozos de tela, no paredes, podrá mirar a sus ojos y hacerle ver que no hay miedo.

Que el camino que uno empieza, con casas de tres paredes, con frío en todas partes, no es justo... que lo importante es abrazarte fuerte y no bajar los ojos.

Que yo soy su manta.

Que si él tiene frío yo, ahora, tengo miedo.


lunes, enero 30, 2006

Huellas

El camino queda siempre detrás del último paso, la espalda nunca podrá mirar hacia delante pues andar hacia atrás no es seguir de frente.
El tiempo cae despacio sobre todo aquello que una vez fué tu cara de asombro, tu no entender que pasa...
Ahora sólo debemos esperar que la tierra se vuelva a abrir, empapándose con nuestras nuevas intenciones.
Arena seca que ya es de nuevo regada, para que los sueños echen raíces y nuestro pasado se transforme en huellas sobre el camino.


ATRAPAPALABRAS
"Un blog de microrelatos y poesía. Alberto García Salido es su autor. Especialista en relatos de cien caracteres, sólo cien. Y las fotos son muy buenas..."

DIARIO DE DÍAS RAROS
"Gracias a Alberto García Salido, "No pasa nada de nuevo...", Por mostrarme su magnífica obra..."

ASAMBLEA DE PALABRAS
"... es el blog que edita, desde algún lugar de España, Alberto García Salido. Sus textos tienden a la brevedad, ya sean poéticos o narrativos..."

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Derechos de autor Todos los derechos relacionados con los textos aquí expuestos son propiedad de su autor Alberto García Salido. En consecuencia, queda absolutamente prohibida la copia, edición, reproducción total o parcial, modificación, publicación, adaptación o traducción de los mismos sin la expresa autorización por escrito del autor.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Safe Creative #0906030101932 Page copy protected against web site content infringement by Copyscape





No pasa nada, de nuevo... by Citopensis on Grooveshark