Decir que no queda sitio,
con todo revuelto,
tu cara en mis manos...
tu pecho en mi pecho.
Decir que estoy solo,
que no tengo miedo.
Pensar que no hay lucha
sino hay pensamiento.
Apago los ojos
enciendo las luces.
Tormenta en mi cara,
de olvido me muero.
(Días duros estos en los que escribir poesía, o algo que se le parezca, es una necesidad por falta de tiempo. Prometo que volveré, más fuerte, más alto... pero, imposible, no más guapo).