El doctor nunca tuvo un diagnóstico tan claro.
Ser su propio paciente le hizo imposible tratarlo.
Parece que, de nuevo, pongo la cara... a ver qué os parece
El doctor nunca tuvo un diagnóstico tan claro.
Ser su propio paciente le hizo imposible tratarlo.
Parece que, de nuevo, pongo la cara... a ver qué os parece
Adoro el verano.
La gente se quita la ropa y abre las ventanas.
¡Benditas ventanas abiertas!
Durante el resto de estaciones mis ojos se estampan contra las persianas y no puedo echar ni un vistazo.
Sería todo perfecto si durante estos meses las horas no se bañaran de un sol impertinente que me obliga a estar escondido mucho más tiempo del acostumbrado.
Me muero de sed esperando a que anochezca y no puedo evitar lanzarme como un kamikaze en cuanto veo la oportunidad.
Aunque, eso sí, siempre utilizo tan sólo un colmillo.
Mejor disimular.
No quiero asustar a nadie.
El astrónomo observó el objetivo.
Desde que comenzó con la investigación nunca creyó que ésta tendría un final y había convertido su vida en un proyecto constante en el que la búsqueda sería su único trabajo.
Aquel día, para su sorpresa, tenía delante aquello que nunca pensó haber encontrado.
Incrementó el zoom y se aproximó aún más a ese conjunto azul que, sobre fondo rojo, le revelaba el motivo de infinitas disputas entre los hombres.
Cerró los ojos para abrirlos después todo que le permitían sus párpados y pulsó de nuevo el botón de aumento. Descubrió una textura increíble que reposaba, en estado casi líquido, sobre una peculiar superficie rugosa.
Se dejó caer sobre la silla siendo incapaz de asimilar la información que aquella increíble visión aportaba.
Entonces, envuelto en pensamientos fascinantes sobre el origen real de la vida, recibió un tremendo golpe en la nuca.
- ¡Que sea la última vez que coges mi sujetador para jugar con tu microscopio! – le gritó su mujer.
El astrónomo, aturdido, perdió por un instante la memoria.
Aquella amnesia le devolvió la sonrisa.
Observó el objetivo vacío y concluyó que la búsqueda ni tan siquiera había empezado.
Este relato participó en el concurso de julio de "Minificciones"