viernes, julio 31, 2009

Estamos solos


Con esa sonrisa ya es suficiente.
Cuarenta y cinco minutos.
Esta vez parece que he necesitado menos tiempo para ganarme su confianza.
Ahora podré introducir la mano en el bolsillo sin llamar su atención. Pensará que voy a fumarme otro cigarrillo. Puede que incluso me ofrezca de nuevo el mechero plateado que ya me ha enseñado antes.
Iluso.
Encender mi cigarrillo en su imaginación será lo último que haga.
El problema es que no está solo, y el hecho de que no lo esté significa mala suerte para el resto.
La calle está vacía, no hay nadie rondando fuera y es tan tarde que este bar parece ser el último sitio con vida en toda la maldita ciudad. Como si esto fuera una cueva de crápulas que no tienen dónde ir y buscan, sobre una barra de madera, la forma de perder lastre mental frente a uno cuantos vasos llenos de alcohol.
Gente sola en compañía.
Paradójico.
Delante de mí está parapetado el camarero. No lo sabe aún pero el verbo parapetar está siendo conjugado por todas las cosas que tiene delante de él. No debe ser el dueño del local pues los dueños no suelen vestir el uniforme de la casa y el chico lo lleva puesto.
Blanco, limpio y recién planchado.
No me gusta el color blanco. Se mancha con demasiada facilidad.
En cambio ella ha elegido mejor. Tanto sus labios como su vestido son de una excitante color rojo. El mismo tono que por dentro tiñe la gasolina que mueve los músculos de su rostro y le permite sonreír mientras se lleva el cigarrillo a la boca. Me gusta pensar que su sangre es un combustible.
Inflamable.
Insinuante.
Al parecer debe venir a éste bar para trabajar en primera persona con los clientes.
No sé si me explico.
Un par de copas, un número impar de sonrisas y la cartera se abre para pagar un buen precio. La cartera se abre, bonita metáfora.
Siento empatía por ella, de algún modo su trabajo es prácticamente tan antiguo como el mío. Los dos recibimos dinero a cambio de varios suspiros.
Los suyos mejores, sin duda.
Además no es una mujer fea y pagar por sus servicios no debe suponer demasiado esfuerzo al que lo haga. Observarla ahora con la mano derecha suspendida en el aire mientras da una nueva calada me hace recordar a mi chica.
Mañana temprano le compraré unas flores.
Mi cliente se encuentra entre la mujer vestida de rojo y un servidor.
Vestido con un traje azul marino parece un tipo respetable. Como si pagara sus deudas, fuera un buen jugador y no engañara a su querida esposa. Tres mentiras y un disfraz.
Todo va a terminar muy rápido.
Me caen bien.
Y estamos solos.
El bar vacío con tres clientes y un camarero de uniforme. La enorme cristalera me permite ver perfectamente la calle y desde hace un buen rato no pasa ni un alma por delante del bar.
Testigos.
No quiero ninguno.
Primero dispararé a mi cliente. Es el único de los tres que puede llevar arma. Él es un perdedor y, como el gusano en el anzuelo, seguro que sabe que le quieren pescar. Si yo fuera él llevaría siempre un as del calibre número ocho en la manga. Para hacer trampas al destino.
Lo haré entre los ojos, le tengo cerca y será fácil. Imagino que cuando quiera darse cuenta ya estará muerto, pagando respetuoso a Caronte para que le de un paseo en su barca. Morirá sorprendido y con un mechero en las manos, apagándose al mismo tiempo que la llama que me iba a prestar. Parece simpático, el típico tipo que conoces desde hace poco tiempo y al que hacerle un favor entra rápido en tus planes.
Yo le prestaré uno, para que presuma en el infierno de que su asesino fue sin duda un buen tipo.
Le regalo el no darse cuenta. Un final rápido.
Después le dispararé a ella.
Apuntaré al corazón.
Lo haré ahí porque no quiero que su rostro se dañe, así cuando la entierren tendrá aún una bonita sonrisa con la que pedir perdón por sus pecados. Sé que si disparo al corazón es probable que le dañe uno de sus pechos, el izquierdo concretamente. Supongo que dará igual pues esto no tiene importancia allí abajo. Incluso si alguien en la morgue se dedica a amortajar cuerpos bonitos de forma peculiar puede que el insignificante hecho de no quitarle el sujetador no le importe.
Ese tipo de gente no tiene escrúpulos. Ni asco.
Ni ojos.
Otra ventaja en la dama es que en su vestido la sangre apenas llamará la atención. Su color rojo la hará diluirse pasando casi desapercibida. No habrá más huellas de muerte que aquellas que provoquen mis balas en el camino dibujado hasta llegar a su corazón.
Poético.
Para terminar, mataré al camarero.
Está detrás de la barra y, si quiere escapar, o la salta o debe levantar una trampilla que está justo a mi derecha para después salir corriendo.
La trampilla lleva por supuesto un rato bloqueada. Al llegar, antes de cambiarme de sitio y comenzar una estúpida charla con el cliente dejé delante una silla. No podrá abrirla.
Tampoco podrá saltar. No creo que haya visto muchos muertos y el volverse un experto tan rápido suele crear ciertos nervios y dudas. Permanecerá inmóvil.
Al chico le dispararé primero al vientre y luego al ojo derecho.
Con lo primero no voy a matarle. Quiero disponer del tiempo suficiente como para llegar hasta él y decirle al oído que no me gusta el color blanco. Que su jefe debería haber elegido cualquier otro.
No suelo disparar a la gente vestida de verde por ejemplo.
Manía estúpida, pero manía que le habría salvado la vida.
Lo de disparar al ojo derecho lo haré porque el último camarero que maté era tuerto del izquierdo. Debo equilibrar la balanza.
El arte de la improvisación, con su muerte, llegará entonces a su fin. Saldré del bar, pagando por supuesto la cuenta, y seré otra vez un fantasma con el bolsillo repleto de dinero.
Introduzco ahora la mano derecha en el bolsillo de la chaqueta. Esta mañana estuve limpiando el revólver. Quizá brille tanto que incluso llegue a deslumbrar al cliente antes del primer disparo.
En la calle no hay nadie.
Es de noche. El silencio y la oscuridad me dan ya su permiso.
El tipo sonríe y muestra su mechero plateado, ofreciéndome fuego.
Cuarenta y cinco minutos y se cree ya un amigo.
Los cuatro en un bar.
Y hoy, otra vez, no quiero testigos.

Pinto, Madrid, 1 de marzo de 2008.


Este relato forma parte de la antología de cuentos publicada por "Ediciones y Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja" titulada "Asentamientos" en junio de 2009.
Espero que os guste...




miércoles, julio 29, 2009

Septiembre


El estudiante suspendió todas las asignaturas sin esfuerzo y sus padres, como castigo, le perdonaron.

lunes, julio 27, 2009

Paradoja lumínica


El hombre, ciego de ira, fue al encender las luces cuando se sintió completamente a oscuras.

sábado, julio 25, 2009

Vendeta


Para aquel niño nunca hubo vacaciones de verano.

Con el tiempo logró su venganza.

Se hizo profesor.


jueves, julio 23, 2009

Sicario con conciencia


El asesino decidió no disparar.

Dejó el arma en el suelo.

Era mejor no matar al tipo del espejo.

martes, julio 21, 2009

Silencio


Cuando pasó delante del mimo éste no pudo evitar separar sus labios para no decirle te quiero.

domingo, julio 19, 2009

Anticipación


De tan feliz que era nunca pudo dejar de llorar por miedo a perder esa inmensa felicidad.

viernes, julio 17, 2009

Balanza y cierre

Aquí me tienes.
Delante de tí.
Te avisé al empezar la batalla pero tú, iluso, te marchaste con el bando contrario.
Ahora tan sólo me devuelves vergüenza y miedo.
¡Mírame a los ojos!
Por una vez demuestrame que eres capaz de hacer lo que no se espera de tí.
Actúa.
Levanta la cabeza y actúa.
Enfréntate a mí en el día del juicio.
Es la última oportunidad para inclinar la balanza a tu favor y te quedas callado.
Sumiso.
Dócil como el cordero que una vez fue tu mensaje.
¿No te atreves a decir lo que piensas?
Si no tienes palabras no tiene sentido continuar con esto.
Soy superior y nunca has sido capaz de reconocerlo.
Soy más que tú.
No eres nada ante mí.
Has intentado por todos los medios difundir un mensaje baldío que, como agua, sólo moldeó la roca pero nunca llegó a penetrarla.
Soy tu némesis.
Soy tu verdugo.
Es tu fin.
Ahora camina y encuentra un lugar adecuado para tu ego.
Tienes toda la eternidad por delante.
Y recuerda; ya no eres Dios aquí abajo.
Eres minúsculo en esta tierra infinita.
Bienvenido al infierno.
Yo, Satán, me convertiré en tu única y mejor compañía.

miércoles, julio 15, 2009

Discoteca

Sus pies arrastrados por el sonido.

Sudor y caras desencajadas.

Terminó la noche.

Otra vez niños.


Autopromoción: "El tipo que escucha" a la venta en "Tres rosas amarillas" y "La Clandestina"



lunes, julio 13, 2009

Incompatibles

!Nunca dices te quiero! - gritó.

Él gesticuló indignado y se marchó.


Suficiente tenía con ser mudo.


sábado, julio 11, 2009

Directo a la mandíbula


El campeón no dio esa noche ni un mísero beso.

Olvidó su lápiz de labios junto a los guantes de boxeo.

jueves, julio 09, 2009

Maletines


No pasa nada.

En el segundo tiempo tienes que ser el mejor de la cancha, de esa manera solucionarás todos los problemas que desde hace tiempo nos has estado creando.

Ya sé que no es tan sencillo.

Plantéatelo como una venganza por los malos ratos que te hacen pasar ahí dentro.

Tú corretea por el césped y déjate llevar.

Que si un penalti, que si un fuera de juego o, ¡qué gran idea!, un gol fantasma. Con eso siempre quedarán dudas y podremos defenderte después de mil maneras.

¿Ves cómo no es tan difícil?

Te dejo el maletín junto a la puerta.

Espero que lo inviertas con cabeza.

Aunque seas un simple balón de fútbol.


Obviamente este es un relato con "segundas"... y "primeras"


martes, julio 07, 2009

Actualidad


Los periódicos del día tenían sus páginas en blanco.

Nada pasó.
Por primera vez todos se agotaron.

domingo, julio 05, 2009

Liderazgo


El capitán de navío sufrió una terrible crisis de angustia al perder su moneda de tomar decisiones.


viernes, julio 03, 2009

Una de miedo


El muerto viviente decidió volver a su tumba.

Mejor bajo tierra caliente que en un mundo tan frío.


miércoles, julio 01, 2009

Clase de dibujo


Cuando vea su dibujo sobre la Inmaculada Concepción se va a enfadar.

Trazo perfecto, rostro angelical y luz divina que golpea sobre la naturaleza que envuelve la escena.

No es suficiente.

Tiene que tener más cuidado al sentirse invadido por la inspiración.

El problema es que ya está hecho y el padre Juan se aproxima directamente hacia él esperando descubrir un nuevo milagro artístico de su alumno favorito.

Desesperado decide poner el dedo humedecido sobre el rostro de la virgen para convertirlo en una mancha de colores.

Respira aliviado.

Ahora tan sólo es el dibujo de un insinuante cuerpo desnudo y la Biblia, de esos, está condenadamente llena...




ATRAPAPALABRAS
"Un blog de microrelatos y poesía. Alberto García Salido es su autor. Especialista en relatos de cien caracteres, sólo cien. Y las fotos son muy buenas..."

DIARIO DE DÍAS RAROS
"Gracias a Alberto García Salido, "No pasa nada de nuevo...", Por mostrarme su magnífica obra..."

ASAMBLEA DE PALABRAS
"... es el blog que edita, desde algún lugar de España, Alberto García Salido. Sus textos tienden a la brevedad, ya sean poéticos o narrativos..."

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