No es un problema mirar hacia dentro
pues bien dentro se esconde el miedo.
Si lo descubres.
Si lo miras.
(Fijamente)
El miedo se dirigirá hacia ti
y gritará sus dudas.
Lanzará cuchillos de odio,
ideas que son tiempo que pasa despacio.
Escupirá tiempo.
Tiempo que convierte tus ojos
en faros perdidos.
Buscando un barco vacío
en el que montar tu silencio y hacer un buen viaje.
El viaje,
quizás.
Tú.
Solo.
Y el miedo.
Éste se trasformará en voz ,
que imitará a tu conciencia,
taladrando así aquello que te permite observarlo.
Defensa con un ataque.
Ese es el miedo.
Miedo que se tornará en sombra.
Sombra que tú, con tu luz, borras.
Sombra que desaparece.
Sombra que no está
sino la miras.
Sino la temes.
Vacío si ahora miras hacia dentro.
Miedo.
¿Te atreves?