martes, diciembre 25, 2007

Comienzo número 2008

"... dame la mano,
que ya no te suelto.

Te enseñaré el camino que lleva
directo al infierno.

Directo a los sueños
que nunca se cumplen.

A la pena,
al daño,
a las viejas costumbres.

Deja que me convierta en tus ojos,
cerrando los tuyos.

Confía en mis pasos
pequeños,
diversos,
astutos.

Tu cierra los dedos,
agárrate fuerte.

Empieza este viaje...

... y nos hará falta suerte"


lunes, diciembre 03, 2007

"El truco esta en no tener miedo. En no tener ni frío ni calor.
En mirar cuando los demás están pestañeando. En saludar con la mano cuando estas despidiéndote con la boca. En bostezar cuando te diviertes. En reír cuando lloras (en llorar cuando ríes).
En pensar en cosas tristes cuando eres feliz.
En ser rico cuando no tienes nada. En hablar cuando no tienes aliento. En callar cuando tienes ganas de gritar. En quedarte quieto cuando necesitas moverte. En comer cuando estas saciado. En no beber agua cuando estas sediento.
En estar de pie cuando estas cansado. En responder cuando no tienes respuestas. En escribir cuando no tienes con que hacerlo. En saber lo que no sabes. En entender lo incomprensible. En desvelar los secretos que no lo son.
En enamorarte de la persona equivocada.
En creer lo increíble. En aparentar lo que no eres. En hacer mientras deshaces. En buscar en el todo la nada. En vivir tras tu muerte...

El truco esta en ser, cuando no eres."

lunes, octubre 29, 2007

He conocido...

He conocido a un caballero con una gran cicatriz, el ombligo.

He conocido a un niño sin infancia, el miedo.

He conocido una sonrisa sin causa, el llanto.

He conocido el frío en los ojos de un silencio, la soledad.

He conocido la belleza de tener un cómplice, la amistad.

He conocido el tiempo perdido, el olvido.

He conocido la memoria de un par de peces, un sinsentido.

He conocido la música sin instrumentos, el viento.

He conocido mi felicidad en otro, el amor.

He conocido la forma de expresión que no existe, la timidez.

He conocido lo que no he de hacer, el error.

Por suerte, tal vez, he conocido.

miércoles, agosto 22, 2007

No debes leer estas palabras


No debes leer estas palabras,
son dardos contra tu corazón.

Aparta tu vista,
levántate de la silla o lanza el vaso de agua sobre el papel,
márchate antes de descubrir que soy capaz de hacerte daño.

No sonrías,
no es una de mis bromas,
tampoco busco ser irónico o crear una metáfora sobre lo mucho que te quise.

Repite conmigo,
he escrito querer en pasado.

Ahí pone "te quise" porque ya no me sale otro tiempo verbal.

Taladro de miedo sobre mi pecho,
no sigas leyendo.

Pues lo último que leas
será un ya no te quiero...


lunes, agosto 06, 2007

Me gustaría tener el silencio guardado en un baúl de madera...

Me gustaría tener los bolsillos vacíos,
los pies ligeros,
las ideas libres, lejanas,
que no las molesten los pensamientos inútiles.

Me gustaría tener las manos dispuestas
para escribir relatos de miedo sobre historias de amor.
Narrar la historia de un beso sincero
en un mundo en el que sólo queda rencor.

Me gustaría tener todo el tiempo del mundo,
desgastar los segundos,
como el agua acaba con las rocas,
como el invisible viento que hace cambiar las cosas.

Me gustaría tener el secreto mejor guardado,
para contártelo una y otra vez,
compartir el temor de ser descubierto
por el triste reflejo que de mí puedo ver.

Me gustaría tener el oceáno bajo mis ojos,
para cambiar de color sus olas.
Pensar que su agua es salada...
porque allí mis lagrimas se ahogaron, todas.

Me gustaría tener el silencio guardado en un baúl de madera,
castigarle con sonrisas francas,
con palabras largas,
mentirle siempre que pueda diciéndole que existe cuando no lo puede hacer.

Me gustaría tener el final de los días
bajo el manto blanco de la más sincera esperanza.
Hacerle creer al tiempo que nunca pasa,
que ya no vale para nada.

Simplemente, me gustaría tener...



martes, julio 03, 2007

Puño de acero

El humo impedía ver el resultado del enfrentamiento. Sobre el asfalto un árbol de fuego no dejaba escapar la mínima cantidad posible de oxígeno por combustionar, el vehículo blindado se derretía liberando una lengua de pintura acrílica sobre el cuerpo inerte del joven policia. El traje ignífugo le mantenía inmóvil, mirando hacia el oscuro cielo repleto de nubes tóxicas que el paso del tiempo había cultivado. Él, rodeado por llamas de color azul brillante, comenzó a pensar en el instante previo al impacto con aquella cosa.

Su misión, en un principio, era seguir a la sospechosa hasta su domicilio para después, sin ser visto, dar cuenta de la misma al centro de mando. Al parecer había robado en un par de casas de ricachones del barrio pijo de la ciudad. Las casas estaban situadas en el último piso de dos enormer rascacielos y tenían al parecer en su interior un huerto, un pequeño pedazo de tierra virgen, en el que los afortunados propietarios habian plantado unas cuantas lechugas, tomateras y unas sabrosas patatas. El mayor lujo posible sobre suelo de tierra en suelo de metal. Paradoja del tiempo en el que estamos.

La seguridad de ambos sitios era indestructible, al menos eso decía la empleada de seguridad que en las dos ocasiones tuvo que poner sus manos sobre la cabeza con gesto de sorpresa al descubrir que no era así... el detective jefe de policia se hizo cargo del caso después del segundo robo. Como siempre sonrío un poco, torció a continuación el gesto y , finalizando con un acto teatralizado típico en él, levantó su mano de acero recién lubricada para señalar a los que se iban a encargar del caso. Para el joven del traje ignífugo esta era su primera misión.

La cuestión es que tras localizar las posibles pruebas y buscar los más absurdos indicios encontraron un pelo de color rubio sobre la tierra removida de uno de los huertos. Gracias a esto, y al ADN del citado cabello, crearon un pequeña lista de sospechosos: tres mujeres bajo el quedaron bajo el punto de mira de la policia. Quizá te preguntes cómo tres personas comparten el mismo ADN. Una posible respuesta es que nos encontraramos ante tres gemelas, tres individuos iguales en origen pero diferentes en todo lo demás. Bien esto es imposible pues lo gemelos ya no existen. Somos demasiados sobre la Tierra como permitir el lujo de embarazos múltiples a la población. Por otro lado, y aquí está la respuesta, con el tiempo la individualidad se ha convertido en un casi imposible bien. No hay gemelos pero ahora casi todo el mundo tiene un par de clones dando vueltas por ahí debido a que el derecho a la clonación es un bien terapeútico universal y gratuito. Otra forma de parto se ha puesto de moda, todos podemos tener nuestro clon al instante en caso de necesidad, si nuestra enfermedad (capricho en ocasiones) le permite sobrevivir después de proporcionar el servicio adecuado el nuevo ser tiene derecho a ser liberado en un continente distinto y con un domicilio particular. De este modo en el caso que nos ocupa el equipo de policias tenía tres sospechosas genéticas... aunque sólo una de ellas vivía no solo en el continente del crimen sino también en la misma ciudad. Dulce casualidad. Es justo este el instante en el que el joven se pone el traje ignífugo y toma por vez primera los mandos del vehículo blindado. Tenía una sospechosa y su trabajo le obligaba a sospechar.

Así tras acudir a un centro comercial se detiene a observarla mientras trabaja en una tienda de música mental, él ya sabía todo acerca de la sospechosa pero al verla no pudo evitar cierto cosquilleo en el estómago, en su cara imaginemos un gesto de sorpresa pues por primera vez esta sensación recorre su abdomen.

Con movimientos lentos ella se desplazaba por la tienda cambiando cada cierto tiempo los proyectores sonoros, un sonrisa pícara mostraba a los clientes el placer de componer música con sólo pensar en ella. Nuestro joven, con la boca abierta, no podía dejar de imaginarse en un lago azul enorme de agua silenciosa y a la sospechosa joven frente a él sonriendo tal y como lo estaba haciendo ante el gordo de pantalones cortos que no dejaba de saltar al son de su propia música. En este momento aparece el único sentimiento que en el año 2115 no ha sido olvidad por completo.

De este modo transcurrieron seis horas, con el joven disimulando y la sospechosa caminando lentamente al tiempo que modificaba la disposición de un botón aquí y una tecla de sensibilidad por allá. El enorme reloj laboral que colgaba sobre la pared más grande de la tienda emitió un sonido individualizado para cada uno de los trabajadores de la tienda y estos, en absoluto silencio, abandonaron el establecimiento con la dosis cerebral correspondiente de dopamina en sus cerebros. No sólo el dinero paga ahora los servicios prestados.

Bruscamente nuestro protagonista recordó cual era su misión, su trabajo, y casi dejando caer al suelo el vaso de plástico degradable que había estado mordiendo las últimas tres horas, se ocultó tras una columna para ver pasar junto a él a la sospechosa. Para oler con extrañeza el perfume que a uno le cambia la vida de vez en cuando. Para darse cuenta de que o se daba prisa o aquella chica se le escapaba...

El centro comercial estaba situado en el centro de uno de los ocho barrios de la ciudad, un centro comercial por barrio. De cada una de estas inmensas estructuras surgían tres carreteras magnéticas. Una central, que como su nombre indica lleva al centro, y dos laterales, que se conectan con cada uno de los centros comerciales situados a continuación. Imagina una rueda de ocho radios y te resultará más sencillo. La joven sospechosa abandonó el lugar por la carretera central, su vehículo era una anticuada moto electromagnética que no le permitía sobrepasar los 300 kilómetros por hora. Resultaba fácil seguirla en un flamante vehículo policial último modelo, además la disrupción que sobre el asfalto generaba su manera de moverse era muy sencilla de rastrear. Imposible perderla de vista en el radar.

La sospechosa abandonó la carretera principal y comenzó a descender a través de los accesos verticales existentes para cada uno de los barrios. No dejó de hacerlo durante al menos 2 kilómetros. En ese punto recuperó la horizontalidad y aceleró desapareciendo tras cruzar rapidamente un túnel eléctrico. En la pantalla del radar aparecieron, al principio despacio, después a toda velocidad, miles de señales idénticas. La moto electromagnética era un vehículo accesible para la gente que vivía a dos mil metros del "suelo"... no todos tenían por allí un blindado del que presumir. El joven comprendió dos cosas en ese momento, la primera, que la sospechosa muy probablemente supiera que lo era.

La segunda, que ahora el sospechoso, en aquel sitio, era él... y su traje ignífugo.

Detuvo el motor dejando el vehículo en suspensión, la pantalla del radar brillaba con un inútil color verde. De un momento a otro desaparecieron todas las señales, sólo quedaba el barrido de la onda sónica buscando algo contra lo que chocar.

Barrido. Nada. Barrido. Nada. Barrido. Nada. Barrido. Cosa enorme a las tres en punto. Barrido. Pérdida de conocimiento.

El traje ignífugo se bloqueó evitando que con el movimiento penetrara oxígeno al espacio que queda entre la tela y la piel del joven. Este, ya como lo encontramos al principio de esta historia, seguía intentando recordar en que punto se había equivocado. ¿Contra qué se había chocado?, ¿qué había golpeado el vehículo hasta casi hacerlo desaparecer?

Una enorme sombra cubrió el lugar del accidente, las nubes dejaron paso a una forma negra en cuya parte superior se podían ver dos luces de color anaranjado. Un súbito tirón en las piernas elevó al policía sobre el suelo y lo dejó pegado a una pared. El traje, al comprobar que la temperatura había descendido bruscamente, se flexibilizó y permitió al joven incorporarse. Al levantar la cabeza recuperó el hormigueo en el estómago.

Ante él la sospechosa dibujaba la misma sonrisa que en la tienda de música mental. Tras ella las dos luces naranjas que antes había visto se convirtieron en un par de ojos rasgados que culminaban con agresividad el rostro de un mecanicamente obsoleto robot de limpieza.

¿Contra qué se había chocado?


Delante de sus narices estaba la respuesta.

En una de sus manos la joven tenía una especie de piedra, la lanzó al frente haciendo que cayera justo delante de los pies del policía. Tras caer con un golpe seco este la tomo del suelo, de este modo, y sin saberlo, estaba tocado por primera vez un vegetal no manipulado genéticamente. Ella volvió a sonreir y le dirigió una sola palabra.

-Pruébalo.

Tras esto, se alejo lentamente, sin mirar atrás. Inmediatamente después, con paso lento, el robot se ocultó tras una esquina.

El joven policía miró hacia arriba percibiendo todas las almas que por encima de él perdían el tiempo en absurdos cambios de cartas con el destino. El cosquilleo en el estómago regresó para convertirse finalemente en una curiosa forma de ver las cosas. Comenzó a andar, al principio con cierto miedo, hacia el lugar por el que había desaparecido la sospechosa. Al fondo, ya casi olvidado, el vehículo blindado cedía al fuego sus últimos restos. En su mano el extraño objeto que ella le lanzó. Por primera vez la sonrisa ya no está en la cara de la sospechosa, ha decidido cambiar de bando.

Si te preguntas qué había golpeado el vehículo hasta casi hacerlo desaparecer debes tener la certeza de que fué el mismo puño de acero que hace que un joven con un traje ignífugo pueda quemarse por el fuego del amor a primera vista...

sábado, junio 23, 2007

Sigue mis pasos...

"Apaga las luces,
golpea el interruptor con el puño cerrado si hace falta,
con la mano surcada por un montón de líneas secas que ya no cuentan su vida,
que sólo cuentan ya su pasado.

Con la habitación a oscuras silva las notas que una vez oyó de un viejo piano de cola,
recuerda con cada Do sostenido al niño que antes corría delante del mar,
saltando al cielo lejano que no alcanzó nunca con la yema de los dedos.
Lleno de nubes que ahora ocultan los recuerdos que nos llevan al final del camino.

Sobre la arena quedan sus huellas,
con la luz apagada y el piano escupiendo la canción favorita del verano pasado.
Sobre la arena...

Ahí dejamos nosotros el alma,
para que venga una ola y la borre del mapa.

De arena fina, de playa, está hecha su alma".

martes, junio 12, 2007

Sobre un café

Árboles en la ventana, verde castigo, que oscilando al ritmo del viento bailan la danza que se les obliga. Entre ellos dos personas discuten, él vacía el cargador de sentimientos dejando el suelo perdido de ideas inútiles y promesas rotas de tanto usarlas.

Ella, en cambio, vacila, cambia ligeramente su postura con cada palabra escuchada y deja escapar de vez en cuando un suspiro. A modo de señal de humo estos pequeños detalles le permiten aguantar las lágrimas que se acumulan justo por encima de un corazón que se está dando cuenta de lo mal que va todo.

Aquello comenzó con una mirada en un bar de la zona norte del pueblo, tras una par de sonrisas ya estaban sentados el uno junto al otro. Sin hablar, sin mediar palabra, comenzaron a decirse "te quiero" con gestos sencillos. Él llamo con la mano al camarero, "te amo", ella dejó el bolso sobre la mesa, "yo más". Con dos refrescos escribieron un poema de amor, con los vasos vacíos firmaron un pacto silencioso sobre lo importante que es tener en el centro de los ojos el brillo claro del que se siente feliz porque ya tiene su otra mitad.

Ahora, junto al árbol más triste del parque, los dos devuelven los lazos que una vez les unieron. Sus manos tiemblan al ir olvidando el tacto de la piel que una vez fue suya, ya nunca más recorreran los caminos que una y otra vez trazaron sobre ella. Un paso al frente y termina, para siempre. Él se marcha con el rostro preñado de lágrimas secas. Silencio bajo techo de hojas verdes, sobre suelo que ahora tiembla y parece caer bajo sus pies.

En aquel bar de la zona norte queda una mesa vacía, encima reposa un café solo que hace metáforas sobre la vida.

El café humea dejando su aroma escapar... como escapan aquellas historias de amor que a veces se escriben con un punto y final.


miércoles, mayo 23, 2007

Foto

Que el viento queme recuerdos.


Que mis manos sean el mapa,
que tu corazón sea el camino.

Que no haya golpes.

Que no haya vacíos.

Que no me escuches a gritos,
que gritar es dar miedo por dentro.

Que se cierren rápido tus párpados,
... ya que tan sólo les queda un te quiero.

Que venga aquí tu sonrisa,
que encuentre de nuevo su sitio,
que no se quede perdida,
que no se transforme en olvido.

Que no haya sitio en la pena,
que no se termine el destino,
que ser alegre sea estar...
que soy alegre si estoy...
aquí,
, en mi foto,
contigo.



jueves, marzo 22, 2007

Y me puse melancólico

La luz, vacía, cae sobre el tejado de color cobrizo que cubre las casas. Entre sus paredes se esconden secretos, gritos, envidia triste por no ser como aquel de la terraza cubierta por flores rojas de corazón de plástico. Tras las cortinas se dibuja el horizonte lleno de humo, restos de un día en el que la gasolina combustiona sin cesar para llevar un poco más cerca, más lejos, al que pisa el pedal que activa la máquina infernal con cuatro ruedas.

El tiempo se detuvo junto al cauce del río ahora seco, en el recuerdo de un parque lleno de sonrisas de niño que a modo de piano con mofletes obligan a esbozar un pasado mejor en los labios del que pasa por delante, golpeando la pelota que cae junto a sus pies, volviendo a sentir entre los dedos de la mano la arena que concienzudamente separaba para construir un castillo de apenas un palmo de altura. Un juguete transitorio que transita por los recovecos de tu mente a modo de memoria feliz.

Memoria perdida.

El cielo vacío, reflejos que son estrellas y caminos que no sabes de donde vienen ni para qué vinistes tú por ellos, andando despacio.

Pensando que la vida es el tiempo que uno pasa, pasea, tranquilo...

lunes, febrero 26, 2007

Vacío en una esfera...

La mano sostiene entre sus estrechos dedos el Mundo, con todas las letras, en su interior el rostro del que dibuja las líneas que todo lo unen. El surco ya seco del tiempo indica el camino hacia la ventana curva del fondo, allí la luz llega del exterior y baña la espalda del observador artista.

Dejemos entonces caer nuestros ojos al suelo, la curva esfera que todo lo tiene, el Mundo en la mano del tipo que sigilosamente guía nuestros pasos hacia el vacío que habita en ese lugar.

El Mundo y la esfera.

Silencio, se rueda.


ATRAPAPALABRAS
"Un blog de microrelatos y poesía. Alberto García Salido es su autor. Especialista en relatos de cien caracteres, sólo cien. Y las fotos son muy buenas..."

DIARIO DE DÍAS RAROS
"Gracias a Alberto García Salido, "No pasa nada de nuevo...", Por mostrarme su magnífica obra..."

ASAMBLEA DE PALABRAS
"... es el blog que edita, desde algún lugar de España, Alberto García Salido. Sus textos tienden a la brevedad, ya sean poéticos o narrativos..."

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Derechos de autor Todos los derechos relacionados con los textos aquí expuestos son propiedad de su autor Alberto García Salido. En consecuencia, queda absolutamente prohibida la copia, edición, reproducción total o parcial, modificación, publicación, adaptación o traducción de los mismos sin la expresa autorización por escrito del autor.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Safe Creative #0906030101932 Page copy protected against web site content infringement by Copyscape





No pasa nada, de nuevo... by Citopensis on Grooveshark