El camino queda siempre detrás del último paso, la espalda nunca podrá mirar hacia delante pues andar hacia atrás no es seguir de frente.
El tiempo cae despacio sobre todo aquello que una vez fué tu cara de asombro, tu no entender que pasa...
Ahora sólo debemos esperar que la tierra se vuelva a abrir, empapándose con nuestras nuevas intenciones.
Arena seca que ya es de nuevo regada, para que los sueños echen raíces y nuestro pasado se transforme en huellas sobre el camino.