Que no se cierren los ojos
sobre golpes de manos abiertas,
que no se apague su voz
bajo aquella amenaza siniestra.
Que no escape la inocencia
del que está solo en compañía,
que siga siendo una niña
que pronto olvide aquel día.
Que no haya silencio en sus labios
ni frío en sus enormes párpados,
que pronto encuentre el camino
en el que siempre nos hemos perdido.
Que la risa sea su idioma
y el llanto un recurso impreciso,
que la duda permanezca tan sola
en el país de lo que nunca debió haber sido.
Que el tiempo se rompa en pedazos
para que pensar que nunca pasó,
que el reloj se quede en mis brazos
para que no sepa cuando ocurrió.
Que el piano sean mil notas
y su recuerdo aquel rayo de luz
que sobre un azul pozo de agua
dejó todo en el olvido.
Que no sea la letra "r"
la diferencia entre ser,
o estar,
detenido.

sobre golpes de manos abiertas,
que no se apague su voz
bajo aquella amenaza siniestra.
Que no escape la inocencia
del que está solo en compañía,
que siga siendo una niña
que pronto olvide aquel día.
Que no haya silencio en sus labios
ni frío en sus enormes párpados,
que pronto encuentre el camino
en el que siempre nos hemos perdido.
Que la risa sea su idioma
y el llanto un recurso impreciso,
que la duda permanezca tan sola
en el país de lo que nunca debió haber sido.
Que el tiempo se rompa en pedazos
para que pensar que nunca pasó,
que el reloj se quede en mis brazos
para que no sepa cuando ocurrió.
Que el piano sean mil notas
y su recuerdo aquel rayo de luz
que sobre un azul pozo de agua
dejó todo en el olvido.
Que no sea la letra "r"
la diferencia entre ser,
o estar,
detenido.