Cansancio que pega duro,
que esconde sus armas y te coge del pecho.
Cansancio que aprieta el corazón,
que rompe tus pies en pedazos de piel insensible.
Cansancio en las manos abiertas,
en el aire que no encuentra su sitio en tu sitio,
cansancio en los ojos vacios,
en los pasos perdidos sobre suelo verde, perdido.
Cansancio que te obliga a pensar en lo que hacias,
hacer que no puedes llegar donde antes llegabas.
Cansancio que se esconde en tu sonrisa tranquila,
en tu vida diaria,
en el tranquilo sillón que queda junto a aquella mesilla.
Cansancio que elimina lo que tienes de físico,
que te transforma en un metal de carne quemada.
Cansancio que taladra los pies en el suelo,
seca tus pobre garganta...
Cansancio que sonrie cuando no puedes.
Cansancio que te recuerda que antes,
hace tiempo,
tú también podias.
que esconde sus armas y te coge del pecho.
Cansancio que aprieta el corazón,
que rompe tus pies en pedazos de piel insensible.
Cansancio en las manos abiertas,
en el aire que no encuentra su sitio en tu sitio,
cansancio en los ojos vacios,
en los pasos perdidos sobre suelo verde, perdido.
Cansancio que te obliga a pensar en lo que hacias,
hacer que no puedes llegar donde antes llegabas.
Cansancio que se esconde en tu sonrisa tranquila,
en tu vida diaria,
en el tranquilo sillón que queda junto a aquella mesilla.
Cansancio que elimina lo que tienes de físico,
que te transforma en un metal de carne quemada.
Cansancio que taladra los pies en el suelo,
seca tus pobre garganta...
Cansancio que sonrie cuando no puedes.
Cansancio que te recuerda que antes,
hace tiempo,
tú también podias.
0 Respuestas:
Publicar un comentario