-Por cierto, ¿hoy es domingo?
Cuando oyó el "sí" se quedó pálido.
Comenzó a buscar la ropa por la habitación y salió descalzo al pasillo. Se despidió de su familia con un grito y arrancó el viejo coche haciendo derrapar las ruedas. Obvió un par de semáforos en rojo y se detuvo tras una esquina examinando su aspecto en el espejo retrovisor.
Sacó las fotos de la cartera, se quitó el anillo y salió del coche tosiendo para aclarar la voz.
Llegó justo a tiempo para empezar su trabajo.
Nunca debe retrasarse la palabra del Señor.
Cuando oyó el "sí" se quedó pálido.
Comenzó a buscar la ropa por la habitación y salió descalzo al pasillo. Se despidió de su familia con un grito y arrancó el viejo coche haciendo derrapar las ruedas. Obvió un par de semáforos en rojo y se detuvo tras una esquina examinando su aspecto en el espejo retrovisor.
Sacó las fotos de la cartera, se quitó el anillo y salió del coche tosiendo para aclarar la voz.
Llegó justo a tiempo para empezar su trabajo.
Nunca debe retrasarse la palabra del Señor.
4 Respuestas:
Bueno, pero un retraso lo tiene cualquiera...
Besicos
Me gustó, Alberto. Te mueves bien en lo no tan breve. ¿Hubo suerte en el concurso?
Un saludo.
Quién este libre de pecado que tire la primera piedra. Buen relato con gran dosis de ironía y humor. Saludos
Bien por el padre desmadre,ojalá y ahora que empiezan a liberarse de lo antinatural del celibato,también vean por nivelar la justicia social y eliminar la pobreza
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