Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared estuvimos dando vueltas por toda la casa. Nos pasó por hacer caso a los vecinos; que si no es normal, que si ahí no queda bien, que si a ver si se cae y nos llevamos un disgusto. La cosa es que ellos no tienen ni idea de lo que es colocarla en otro sitio.
No pega en el sofá ni en las sillas de madera.
Tampoco queda bien en la cocina.
Así que después de tanto mareo cogimos las alcayatas y la dejamos donde estaba: enfrente de la televisión.
Que tampoco necesita mucho más nuestra querida abuela.
7 Respuestas:
Si es que todo el mundo quiere dar su opinión.. tu ponla donde más te apetezca, que para eso es tu casa...
Besicos
Estuvo bien el relato. ¿Hubo suerte con él?
Saludos.
Buen intento, jeje
Un saludo indio
Jajajajajaja!!!es gracioso...pero tiene su gran punto d tristeza...
Saludos de la chica.
Qué duro... pobre abuela...!!
Mejor olvidar ideas ajenas y decantarse por las nuestras.
Buen relato, Alberto.
Aquí hay algo parecido, o no: http://emilio-nochesblancas.blogspot.com/2010/05/hasta-que-decidimos-volver-colgarla-en.html
(Gracias por los comentarios.
Víctor: no hubo suerte.
Al resto: sí la hubo... porque me leyeron.
Y tal.)
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