El niño sospechaba desde que abrió los ojos y pudo ver. Caminaba incómodo de la mano y le asqueaba el sudor pringoso de su frente. Olor a sucio y ácido, sin ver más allá de su cabello oscuro dando vueltas hasta perderse enterrado en la piel.
Se dejó llevar por la inercia de la sospecha, cada minuto una pista hacia la solución del problema, conviviendo con aulas repletas de extraños que marcaban la linea para la diferencia. De casa al colegio, entre legañas cosiendo los párpados y escondido en el asiento trasero del coche. Del colegio a casa, caminando junto a su madre, perseguido por el rastro de cuchicheos que la gente desprendía a su paso. Habitaba un cuerpo extraño y dejó pasar los días añadiendo letras a la pregunta que como chasquido en su mente terminó por verse atrapada entre interrogaciones.
Una semana el crío la contuvo en el estómago.
Otra en el pecho.
Le quemó la garganta durante una quincena y le dolieron los labios durante otra hasta que reventó como un globo.
- ¿Por qué yo soy negro? - dijo el niño.
La madre y el padre, tapándose, odiaron ser blancos.
1 Respuestas:
Si están rodeados de negros, odiarán ser blancos, el ser humano es así...
Besicos
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