Madre, hoy no como en casa, no sé si entenderas hacia donde quiero ir con mis pasos, es triste afirmar que no me preocupa. No busques comprensión a lo que haga o diga, no intentes justificar aquello que de mi manera de actuar se puede derivar en forma de conclusiones. Decidí hace ya tiempo apagar las luces de mi habitación, ahora sólo la oscura sombra de la Luna bajo el cielo negro iluminará mis pasos. Prefiero comenzar a establecer un espacio entre lo que soy y lo que fuí, atrás quedan ya las sonrisas que compramos en cada una de las tiendas del pueblo.
Padre, quizá tú me entiendas mejor, dispuse mis motivos en cada uno de las cosas que fuí viviendo entre las cuatro paredes de casa. Alimento para un espiritu que surge de la mano de un antiguo silbato de pitidos cortos, rotos y secos. Mezclar siempre es cosa del tiempo, diluir, cosecha de todos los años que durante una mísera vida e ido transformando en una canción rota.
Ahora yo soy la que manda aquí. Dispongo mi ejercito en perfecta formación, sin espacio entre uno y otro, que no quede lugar en el que esconder al enemigo entre nuestras líneas.
Padre, Madre, en sargento de mil batallas prefiero convertirme.
Aún sabiendo que mis armas no son más que sangre negra, botellas de plástico y una triste gorra roja...
1 Respuestas:
Tomar responsabilidades es comenzar a caminar la vida con idependencia...
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