En diciembre de 2013 se cambiaron las doce uvas por doce pastillas. Con las campanadas sólo había que coger el vaso de agua y el bote que el ministerio del interior, eficaz como nunca, había proporcionado a cada individuo mayor de edad. En la plaza del Sol vacía el reloj dejó cinco segundos entre tañido. Campanada, disponer el comprimido sobre la lengua y tragar haciendo uso de cualquier líquido. Los políticos celebraron el día uno por la mañana su primer debate de año nuevo y el pueblo escuchó en silencio la sabiduría desprendida de sus palabras. Después todo fue distinto, perfecto, y sólo quedaron los llantos y quejas de los que aún eran niños.
Feliz Año, Alberto.
2 Respuestas:
Mucho mejor las pastillas que las uvas,dónde va a parar. Los niños y los que se quejan ya se harán mayores, o madurarán. Si no, les proporcionaremos otras pastillas, o los pondremos a ver la tele. No hay que preocuparse, el mundo está bien controlado.
Un abrazo.
El tupé de Imanol de Arias me hizo pensar.
Un saludo, Alberto.
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