Con la mirada perdida.
La mano en la barbilla.
Las gafas de pasta.
La barba de tres días.
Cuando la vi no me vi.
Porque esos no eran mis ojos.
Ni mi barbilla la proa de un barco de culto.
Ni mis gafas el secreto para ver diferente.
Lo único que era yo estaba en mi barba.
Y decidí que no más fotos.
Que no más miradas ni más manos extrañas.
Que las gafas para leer mejor, más atento.
Que por una imagen no hay que cagarla.
2 Respuestas:
Nadie se reconocer en la foto de escritor. El impostor, gafas de pasta, mano en la barbilla, suele ser alguien muy ajeno a nosotros.
Te lo digo mientras meso mi barba de 37 años.
Un abrazo.
No te creas Amando, a veces uno se ve tentado por el "lado oscuro"...
Un saludo, Alberto.
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