- ¿Me traes, por favor, el jersey del mago?
Un par de golpes, un par de gritos.
- No esa no, esa le queda pequeña. Prefiere la blanca de al lado.
Luz para ver sus movimientos y sudor en la frente por la tensión.
- Gracias. Y ahora toca estarse quieto Houdini.
El nuevo sonríe por el mote hasta oír el chasquido de la camisa de fuerza.
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