Fue como la brisa de verano en invierno.
Como dos caminos que se cruzan, de esos que se hacen con las manos en la arena de la playa sabiendo que se los lleva siempre un ola.
La misma ola.
Me giró la vida sin darme vértigo.
Y dí vueltas.
Quizá caí de nuevo en el mismo sitio, pero con otro mirar entre los párpados.
Recuerdo que ese cambio me habló de la perspectiva y cómo forzarla. Ser el pintor de una vida entera en ciernes, ya sabes, artista para elegir siempre el mejor color entre la paleta de tus futuros errores.
Pintar pinté hasta mancharme las manos.
Seguí después disimulando, me confirmaron en una derrota que no hay nada más efectivo que cambiar de poros adentro.
Para seguir buscando.
Con la misma cara.
Pero con otro cuerpo.
1 Respuestas:
Es como estar sin ser, encontrar sin buscar. Somos así incomprensibles mientras nos analizamos, luego se nos pasa. Un abrazo
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