Él, lleno de ardor y desprecio, pensaba en el final. Mirando a través del agujero, cómo un cíclope que espera paciente a su presa mientras la observa huir hacia ningún sitio. Sin escapatoria.
Sonrió al comprobar como caía al suelo llorando.
Destruida.
Agotada.
Muerta completamente de miedo.
Dio entonces un grito e hizo que todo se detuviera. Silencio absoluto tras la voz del artista.
Él se separó del objetivo e hizo caer sus párpados como dos viejas persianas.
Lo había encontrado.
El desenlace perfecto.
Con la actriz ante su cámara, desnuda, sin nada que cubriera su cuerpo porque, por fin, ya nada cubría su alma.
1 Respuestas:
No sé si pasan cosas de vez en cuando. Puede...
Pero que un objetivo grabe la desnudez de mi alma... sería como la muerte.
Cruel director ese :)
El texto, no sé... algo más que extraordinario.
Un beso grande.
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