Decidieron no preocuparse. Tranquilos. Despedidos ya de todo y de todos envolvieron su cuerpo con ropas bien limpias y se sentaron frente a las montañas sobre sillas de madera. Frente a la muralla de piedra que había estado ahí desde casi el principio hasta ese momento, casi el final.
El sol, sin nubes, iluminaba cada pequeño rincón con el nervio de un pintor que no quiere dejar nada en blanco, con la abrumadura obligación de realizar un trabajo perfecto.
El mundo detuvo su giro y los relojes, boca abajo, apagaron el paso del tiempo. Todo en suspenso y ellos sentados ante la inmensidad de un horizonte que encogía ante ellos para hacerse cada vez más y más pequeño.
Horizonte finito.
La humanidad quieta, expectante, todo silencio mientras nutría su mente colmena de recuerdos, sonrisas y momentos inolvidables.
Entonces el estallido dejó sin tímpanos sus oídos.
Fuego.
La tierra desvanecida bajo un aliento cósmico que dejó tras él un plano vacío.
Nada lista para volver a empezar.
Comienzo tras ese final de un nuevo y perpetuo principio.
El sol, sin nubes, iluminaba cada pequeño rincón con el nervio de un pintor que no quiere dejar nada en blanco, con la abrumadura obligación de realizar un trabajo perfecto.
El mundo detuvo su giro y los relojes, boca abajo, apagaron el paso del tiempo. Todo en suspenso y ellos sentados ante la inmensidad de un horizonte que encogía ante ellos para hacerse cada vez más y más pequeño.
Horizonte finito.
La humanidad quieta, expectante, todo silencio mientras nutría su mente colmena de recuerdos, sonrisas y momentos inolvidables.
Entonces el estallido dejó sin tímpanos sus oídos.
Fuego.
La tierra desvanecida bajo un aliento cósmico que dejó tras él un plano vacío.
Nada lista para volver a empezar.
Comienzo tras ese final de un nuevo y perpetuo principio.
3 Respuestas:
Estas 2 frases son simplemente perfectas, todo un poema:
- El sol, sin nubes, iluminaba cada pequeño rincón con el nervio de un pintor que no quiere dejar nada en blanco, con la abrumadura obligación de realizar un trabajo perfecto
- La humanidad quieta, expectante, todo silencio mientras nutría su mente colmena de recuerdos, sonrisas y momentos inolvidables.
Un guiño.
PD. Un brindis por los momentos inolvidables.
Excelente manojo de palabras enhebradas con la justeza de un artista que logra conmover con su relato. Me sobrecoge de angustia. Se me ocurre estar frente al Apocalipsis y tomar los recaudos para ver una peli.
muy bueno.
Saludos!
Me encanta cuando las palabras me llevan durante la lectura...
Un arte, sí señor.
Un abrazo cuando el viento silba
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