El otro día estaba con Mariano, el esquizofrénico del barrio, mientras soltaba una de sus charlas filosóficas sobre la vida y el mundo, sobre las cosas en general. Según dice es capaz de entender lo que dicen los animales de ciudad. Como si hablara su idioma y fuera un traductor universal. Asimila todo tipo de dialectos por debajo de la línea del homo sapiens sapiens. Al parecer los temas de conversación animal versan sobre preocupaciones mundanas. Los perros ladran para llamar la atención, los gatos maúllan preocupados por la economía y cómo esto afecta a las ventanas abiertas, los pájaros pían entre aire corrupto y las moscas, cada vez más contentas, zumban alegres por el incremento en el número de rincones de mierda. Mariano está enfermo, eso dicen los médicos y la caja de pastillas que le acompaña a todas partes. Pero cuando me contó que las hormigas, trabajadoras incansables, piensan que son ellas las que dominan el mundo me entraron ganas de comenzar un genocidio. Son demasiadas y no está la cosa como para fiarse.
"El tipo que escucha" en "Radio Taraská" (RNE3)
Hace 15 años
1 Respuestas:
¡Una pena, una vez que se sabe quienes son los que trabajan!
Un saludo
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