- Por fin quietas.
El marido acaba de llegar del trabajo. Está cansado, huele a sudor y no ha comido por un proyecto atrasado. Observa en silencio.
El hijo, adolescente de flequillo sobre frente llena de granos, tiene la boca abierta. La música le revienta los tímpanos desde los cascos.
Los dos observan a la mujer y madre. En el suelo una venda algo ensangrentada. La cama desecha y ella dando saltos como una loca.
- ¡Lo tenía que haber hecho mucho antes! - grita a sus enormes pechos inmóviles bajo la ropa.
1 Respuestas:
... pues me arrancaste una sonrisa y es tan dificil. Breve y demoledor pero pura realidad.
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