Por fin quietas, inmóviles en su belleza, esculturas de un sueño. Ella estaría contenta, merecía lo mismo pero no tuve tiempo. Se fue de mis manos a otras manos. Seguro se arrepentirá de ello. Ha sido difícil, demasiado detalle para minúsculas imperfecciones. Pero el trabajo está hecho, horas bajo la lámpara que dan su fruto. María y Laura, perpetuas para su padre. Escondidas y abrazadas. Ellas saben que no es más que un juego.
"El tipo que escucha" en "Radio Taraská" (RNE3)
Hace 15 años
2 Respuestas:
¡Uf! Duro.
Y bueno.
Un saludo.
Gracias Pedro.
Escribí una "variación" para este principio.
A ver qué te parece.
Un saludo.
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