Los años ochenta y ese color magenta en los recuerdos.
Siento ganas de cruzar las puertas, de oler a cloro y escuchar las conversaciones ininteligibles de otros que también observan desde la grada.
Parece que fue ayer cuando te descubrí entre los participantes, como una sirena.
Cruzar la mirada como anzuelo.
Hoy tu hija me pregunta por tu miedo al agua e invento otra mentira.
Caminamos hasta el portal en silencio, hasta que no hay ruido.
Preparo la bañera mientras hace los deberes.
Aún es muy pequeña para entender por quién dejaste de nadar.
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