A la cola, como todo el mundo que no sabe volar. Esa era su manera de hacernos a un lado. Nos daban un golpe en la frente, pequeño, y nosotros oscilábamos hasta que llegaba nuestro turno. Olía a orina sobre las paredes del salón. Cuando pasábamos dentro todo era humo. Sentías una mano, dientes amarillos, billetes de veinte y el crujir de una mierda de bolsa de plástico arrugada. Se reían de nuestro pulso mientras nos poníamos las alas. Después nos echaban a la calle. Recuerdo el frío justo antes de no recordar nada.
"El tipo que escucha" en "Radio Taraská" (RNE3)
Hace 15 años
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