En nuestro hogar nos hacemos temprano al mundo. Con la luz del alba y el canto del gallo. Y mi madre nos mira desde su cama, a oscuras, antes de ponerse a calentar el agua con la leña nueva que ha comprado. Padre se queda bajo la manta y el Tomas tiene que hacerle cosquillas para lograr que se mueva como un espantajo. Camino a la escuela se nos congela el pecho. Hacemos los deberes, leemos un par de oraciones y corremos sobre las piedras que otros antes se han tirado. Volvemos hablando de meriendas que saben mejor con pan hasta quedar a unos metros de nuestra puerta. Imagino la lumbre mientras el Tomas se me hace pequeño apretando la mano. La vecina nos grita para que no entremos y la nariz se arruga porque huele a carne antes de oler a quemado.
"El tipo que escucha" en "Radio Taraská" (RNE3)
Hace 15 años
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