Se lanzará desde el trapecio. Y saldrá volando.
Lo lleva avisando desde hace tiempo: “Yo puedo volar con los ojos cerrados” repetía. Nadie le escuchó y obviamos así su locura.
Cuando empezó a mencionarlo provocaba la risa. Ahora, al verlo ahí arriba, provoca otras cosas. No queda tiempo. La policía no llegará y nuestras palabras no alcanzan tan alto. No pueden trepar ahora hasta sus oídos.
Se pliegan sus párpados y cae sin mirarnos.
El suelo se mancha enseguida con un estallido.
Me miro los pies. Salpicados, bien llenos de plumas.
"El tipo que escucha" en "Radio Taraská" (RNE3)
Hace 15 años
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