- ¡Tachán! – gritaba él.
La sorpresa, tan grande, hizo que diera la vuelta, soltara las cosas dejando abierta su cartera llena de papeles y se quitara los zapatos de tacón pisando sobre los talones, haciéndose sangre.
Quedó sentada sobre la mecedora y paseo sus manos sobre los reposabrazos antes de dejarse caer. No dijo nada y parpadeó muy rápido, casi llorando, como cuando cortaba cebollas.
Su marido, desnudo, erecto, con fruta sobre la ingle, la miraba desde la cama.
Ella comenzó a reír al oír el portazo que dio la otra.
En la cocina buscó el cuchillo.
Cortó cebollas.
(Ya sois más de 100 seguidores... mis más sinceras gracias)
2 Respuestas:
gracias a tí por dejarnos leer tus microrrelatos tan originales...
un saludo
Felicidades!!jeje...todo un placer sin cebollas...jeje
Saluditos de la chica citopensiada??
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