- No creo en fantasmas, pero me dan miedo.
Cuatro pies se quedan quietos, la pareja se exprime en el pasillo.
- No creo en fantasmas.
Bajo la puerta cerrada parpadea un rectángulo blanquecino.
- Pero me dan miedo.
El pomo gira y la puerta se abre haciendo chillar las bisagras. Ella golpea el interruptor después de explorar la pared con su mano haciendo de araña.
- Ves – suelta él -. Aquí no hay nadie.
La pareja apaga la luz y deja la habitación cerrada. Sortean las cajas hasta la cama desecha y allí se quitan la ropa por turnos. Se les escucha gemir en el pasillo, nadie percibe los susurros que surgen al otro lado de la casa. El niño mira a través de la cerradura y abre la puerta sin hacer ruido. Avanza a oscuras hasta sus pies convulsos, les observa. Permanece ahí hasta que caen dormidos. Acaricia sus rostros, un hormigueo, y antes de desaparecer cambia las zapatillas de sitio.
1 Respuestas:
Qué miedo dan los niños siempre en este tipo de historias. hace poco vi el tráiler de una película que decía "porque los niños también pueden ser malas personas". Terrorífico.
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