- Achaca a los jesuitas su sentido de culpa. Algo habrá hecho – le espeta el fiscal antes de darse la vuelta.
El loco observa a la audiencia. Todos le miran igual. Sus ojos dicen culpable y sus oídos no quieren entender a razones.
Nadie le escucha y decide que no abrirá más la boca.
El tiempo le dará la razón.
- Pena de muerte – dice el juez antes de golpear con el martillo.
El loco se levanta y extiende las manos para que le esposen.
Que pasen los días.
Es inocente.
Cuando lo descubran, en un futuro cercano, todos los que ahora le juzgan pagarán lo que deben.
Ilusos, celebrarán la condena.
1 Respuestas:
Alberto, muy buen microrrelato. Me gusta como escribes.
Publicar un comentario