Veo junto a su reloj unos números grabados en su piel. Por encima tiene una suma y a los lados un par de multiplicaciones. En el pecho se ha entretenido con una matriz enorme, de diez columnas, que le tatúa de un lado a otro. Espero que los sedantes hicieran efecto antes de terminar. Tiene raíces cuadradas hasta en la punta del común divisor. Lo mejor es la cara del otro. Mi hijo no para de dar saltos, está como loco.
- La letra con sangre entra. ¿Verdad papá?
Acaba de afilar el cuchillo, ahora nos toca repasar el abecedario.
2 Respuestas:
Madre mía qué miedo de niño, menos mal que mi hijo esto no lo leerá.
Genial tu relato,
Un saludo, sin tatuar,
Gracias Yashira por el comentario... y por quedarte.
Un saludo.
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