Alicia delante del espejo no es una metáfora. Alicia mira sus ojos y mira sus manos. Ambas son el alma bajo carne rosa. Alicia otea otro mundo, en la distancia, donde se puede saborear lo que no se tiene en la lengua y huele a vacío entre aire y aire. Habitación cerrada, puerta con llave, vida sin ganas y cristal como camino. Alicia no escucha los pasos ni escucha los gritos. Alicia sólo oye voces que susurran te quiero. Te necesito. Observa de pies a cabeza su cuerpo y no encuentra motivos. Traza una línea en su brazo, acaricia sus venas y siente palpitar sangre bajo la piel. Ella se ve como un torrente contenido en la dermis. Anatomía atrapada, no es más que un pelele. Alicia es un cuento de hadas en un mundo de coches donde no hay ceda el paso para los sueños. Alicia cae de rodillas. El espejo es frío al tacto de sus dedos, espacio infinito en ese cambio de temperatura. Los libros, tirados en el suelo, han perdido la oportunidad de rescate y no tienen pulso ni para acabar un línea. Alicia sonríe, Alicia llora. El cuento termina cuando su madre abre la puerta con un vaso de agua. Sin felices para siempre aparece una mano abierta y una mano cerrada. Alicia abre la boca. Traga las pastillas sin parpadear.
"El tipo que escucha" en "Radio Taraská" (RNE3)
Hace 15 años
3 Respuestas:
Albero, hemos hecho un debate sobre tu relato y nos ha costado mucho llegar a una conclusión acertada.....Creemos que hemos llegado a la correcta. El maldito mundo de la anorexia puede ser??? Un saludo de Aida y sus compis.
Aida: lo primero muchas gracias por el comentario.
En cuanto a la interpretación hago referencia a "Alicia al otro lado del espejo"; a partir de ahí cualquier conclusión me parece buena. Prefiero que el lector ponga la enfermedad/conclusión/interpretación que yo, buenamente, ya he puesto las letras.
Un saludo.
Dosis de realidad...y d la dura!!buenisima la idea de las dos Alicias...
M ha encantado...
Saludos de la chica sin cuento.
Publicar un comentario