Tal vez si hubiera preguntado dónde estaba el azúcar no habría abierto el armario de medicamentos. Quizá si no hubiera sido analfabeta las letras habrían sido algo más que líneas sobre blanco. Puede que incluso, con más tiempo trabajado en la casa, hubiera localizado sin problemas el té. Pero sin duda supo que el color azul de su señora no era ni mucho menos normal y asumió que los gritos del principio no fueron porque ardía la infusión. Por supuesto a ella la pagaban en negro, nadie preguntó por los papeles. Menos mal. Así era fácil inventar un nombre y sin duda mucho más sencillo desaparecer.
"El tipo que escucha" en "Radio Taraská" (RNE3)
Hace 15 años
1 Respuestas:
¡Menuda lió!
Un saludo
Publicar un comentario